Barranca de Candameña en Chihuahua: guía de viaje y consejos

La Barranca de Candameña, con sus impresionantes paisajes y su vasta biodiversidad, es un destino que se debe explorar a fondo. Este lugar, que mezcla historia, naturaleza y cultura, se convierte en un refugio para los amantes de la aventura y los paisajes naturales. Desde sus profundas caídas de agua hasta sus miradores espectaculares, este cañón es un verdadero tesoro escondido en el corazón de Chihuahua.

Características impresionantes de la Barranca de Candameña

Aunque la Barranca de Candameña, con una profundidad de 1,640 metros, es menos profunda que otras barrancas famosas como la de Urique o Batopilas, su verticalidad la convierte en un espectáculo sobrecogedor. La distancia entre los bordes de la barranca es sorprendentemente pequeña, lo que realza la sensación de altura y magnitud al estar en sus miradores.

Las formaciones geológicas de esta región son fascinantes. Los desfiladeros, que se extienden por más de un kilómetro de profundidad, ofrecen vistas dramáticas y únicas. Este fenómeno se debe a la erosión causada por el agua y el tiempo, creando un paisaje que deja sin aliento a quienes lo contemplan. Además, gran parte de la barranca está situada dentro del Parque Nacional de Basaseachic, un área protegida que resguarda la biodiversidad y el patrimonio natural de la región.

Cómo llegar a la Barranca de Candameña

Para visitar la Barranca de Candameña, el primer paso es llegar a la comunidad de Basaseachic, ubicada a 279 km al oeste de la ciudad de Chihuahua. La carretera hacia Hermosillo, Sonora, es una ruta habitual. Desde la capital del estado, hay autobuses que ofrecen transporte a Basaseachic, aunque también se puede acceder a través de caminos de terracería desde San Juanito, un recorrido que pronto será pavimentado.

Basaseachic es una comunidad pequeña con aproximadamente 300 habitantes, y sus servicios son limitados. Sin embargo, cuenta con dos hoteles sencillos, cabañas para alquilar, algunos restaurantes y una estación de gasolina. Aunque hay electricidad, el servicio telefónico es escaso, lo que añade un toque de desconexión del mundo moderno, ideal para los que buscan una escapada.

Miradores: Puntos de vista inigualables

Entre las maravillas de la Barranca de Candameña, los miradores son una atracción en sí mismos. El mirador principal, ubicado justo en la cascada de Basaseachic, proporciona una vista impresionante de la caída de agua y marca el nacimiento de la barranca. Desde aquí, los visitantes pueden tomar una vereda turística que desciende entre las paredes verticales del cañón.

      • Mirador de La Ventana: Ofrece una perspectiva diferente de la cascada, permitiendo a los turistas disfrutar del paisaje desde otro ángulo.
      • Miradores de Piedra Volada: Un acceso complicado que proporciona vistas de la parte más profunda y estrecha de la barranca.
      • Miradores en Ocampo: Situados en el trayecto hacia la comunidad minera, ofrecen vistas panorámicas del entorno natural.

Cada uno de estos puntos de observación cuenta con su propio encanto, y algunos, como los miradores de Piedra Volada, requieren un nivel de habilidad en técnicas de escalada y rappel para acceder a ellos, lo que añade un nivel adicional de aventura.

Las majestuosas cascadas de la región

La Barranca de Candameña alberga dos impresionantes cascadas: la de Basaseachic y la de Piedra Volada. La primera, con una caída de 246 metros, es la más accesible y conocida por los turistas. La segunda, con 453 metros, ostenta el título de la caída más alta de México, aunque su acceso es más complicado y depende de las condiciones climáticas para ser vista en su totalidad.

      • Cascada Basaseachic: Accessible y popular entre los visitantes.
      • Cascada Piedra Volada: La más impresionante, visible solo durante la temporada de lluvias.
      • Cascada Abigail: Una pequeña pero encantadora cascada que se encuentra en el camino hacia Ocampo.

Ambas cascadas están rodeadas de bosques de pinos y encinos, creando un entorno natural que invita a explorar y disfrutar de la tranquilidad de la sierra.

Explorando cuevas y formaciones geológicas

Cerca de Basaseachic, se encuentra la famosa cueva del Padre Glandorff, un misionero conocido por su trabajo con la comunidad tarahumara en el siglo XVIII. Esta cueva es solo una de las muchas formaciones geológicas interesantes de la región.

Además, se pueden encontrar abrigos rocosos que albergaron antiguas casas de adobe de la cultura Paquimé, conocidos localmente como Coscomates. Este tipo de edificaciones son una ventana al pasado, ofreciendo un vistazo a la vida de las comunidades indígenas que habitaron esta región.

Las comunidades mineras cercanas

La zona alrededor de Basaseachic es rica en historia minera. Pueblos como Ocampo, Morís, Pinos Altos y Uruachi aún conservan la arquitectura típica de los pueblos mineros del siglo XVIII y XIX. Estos lugares son perfectos para explorar y conocer la historia de la minería en la región.

      • Ocampo: Fundado en 1821, es conocido por sus minas que aún están en operación.
      • Morís: Originalmente un pueblo misional, se convirtió en un centro minero en 1823.
      • Pinos Altos: Famoso por una de las primeras huelgas mineras en el país.
      • Uruachi: Con una rica historia en la exploración minera desde 1736.

Estos pueblos ofrecen una mezcla de historia y cultura que vale la pena explorar, además de la oportunidad de experimentar la calidez de sus habitantes.

La ruta de las misiones: Un viaje al pasado

La Barranca de Candameña es también hogar de varias misiones jesuitas de la época colonial. Estas misiones, como Nuestra Señora de Aranzazú de Cajurichi y la Purísima Concepción de Tomochi, son testigos de la historia religiosa y cultural de la región.

Visitar estas misiones es sumergirse en la historia, con retablos y obras de arte que han sobrevivido a lo largo de los siglos, ofreciendo una experiencia única y enriquecedora para los visitantes.

El entorno natural: arroyos y ríos

El recorrido por la Barranca de Candameña se complementa con la exploración de sus arroyos y ríos. El río Candameña, lleno de pozas y rápidos, es ideal para los amantes del senderismo y la fotografía. Este itinerario puede durar hasta cuatro días, brindando una experiencia inmersiva en la naturaleza.

Fiestas indígenas: Una inmersión cultural

La comunidad tarahumara de Jicamórachi, cercana a Basaseachic, celebra varias festividades importantes, entre ellas la Semana Santa y las fiestas patronales. Estas celebraciones ofrecen una oportunidad única para conocer de cerca las tradiciones y costumbres de los pueblos indígenas que han habitado la región durante siglos.

Flora y fauna: Un refugio de biodiversidad

El Parque Nacional de Basaseachic alberga una rica biodiversidad. Entre sus especies más destacadas se encuentra la coa o pájaro bandera, en peligro de extinción, así como manadas de jabalíes y venados. La observación de la fauna local es una actividad que puede alegrar el día de cualquier visitante, pero es fundamental respetar y cuidar el entorno natural.

La Barranca de Candameña, con su asombroso paisaje y su rica historia, es sin duda un destino que merece ser explorado. Si buscas un lugar que combine aventura, naturaleza y cultura, este es el lugar adecuado para ti.

Para más información sobre la belleza de la Barranca de Candameña, te invitamos a visualizar este fascinante recorrido:

Califica este post
Índice