Danzas nahuas de la Sierra Norte de Puebla

La Sierra Norte de Puebla es un lugar donde la magia de la naturaleza se entrelaza con la rica cultura de los pueblos indígenas. En este rincón de México, las danzas tradicionales de los nahuas no solo son una forma de expresión artística, sino también una manifestación profunda de su cosmovisión y sus creencias. Descubre cómo estas danzas, cargadas de simbolismo, conectan a la comunidad con sus ancestros y con el cosmos.

La geografía mágica de la Sierra Norte de Puebla

En la Sierra Norte de Puebla, donde la tierra se confunde con el cielo, las intrincadas formaciones apenas dejan entrever algunos valles, pues lo demás son barrancas abismales y profundas laderas. Este lugar es conocido como Tlalocan, el paraíso del Dios Lluvioso. Aquí, las nubes que traen las lluvias del mar se forman, alimentando la tierra fértil que ha sustentado a sus habitantes durante siglos.

La primera comunidad importante a la entrada de la sierra es Teziutlán, donde la arquitectura colonial aún se erige majestuosamente. Fundada en 1552, esta localidad se asienta sobre el antiguo asentamiento nahua de Mexcalcuautla, un testimonio de la rica herencia cultural de la región.

A medida que avanzamos hacia Zacapoaxtla, nos adentramos en un paisaje impresionante, rodeado de elevaciones como Yetzontepec y Apaxtepec. Aquí nacen ríos como el Tehuetzia y el Texpilco, que fluyen hacia el Apulco, creando un ecosistema vibrante que sustenta la vida de las comunidades nahuas.

Cuetzalan, conocido como el lugar de los quetzales, es un hermoso pueblo donde la vegetación varía desde densos bosques tropicales hasta coníferas. En sus alrededores se encuentran comunidades como San Miguel Tzinacapan, donde las tradiciones ancestrales perduran, manteniendo vivas las costumbres de sus antepasados.

La rica herencia indígena de la Sierra Norte

Inicialmente, la región fue habitada por los totonacas, pero con el tiempo, los nahuas-chichimecas, y posteriormente los toltecas, se adueñaron del territorio. Bajo el liderazgo de su caudillo Xolotl, los nahuas fundaron nuevos pueblos, imponiendo sus costumbres e idioma a los antiguos habitantes.

El nombre «nahua» proviene de la palabra náhuatl que significa “cuatro”, haciendo referencia a la creencia de que su gente provenía de los cuatro puntos cardinales. Sus mitos relatan cómo Quetzalcóatl, al entrar a la casa de los muertos, robó los huesos y, al ser descubierto, rompió las osamentas. De estos fragmentos, la diosa Zihuacóatl creó a los nahuas, quienes se consideraron los dueños del universo.

Las cofradías dancísticas: una explosión de color y cultura

Las festividades en San Miguel Tzinacapan, que se celebran del 28 al 31 de septiembre, son un espectáculo de color y vida. La comunidad se une en una manifestación de cultura y tradición, donde la danza se convierte en una forma de oración, recreando mitos y cosmovisiones.

Las cofradías dancísticas, como “Los Voladores”, “Los Migueles”, “Los Negritos”, “Los Santiagos” y “Los Quetzales”, presentan danzas continuas en el atrio de la iglesia, acompañadas de música y coloridos trajes que reflejan la riqueza cultural de los nahuas.

      • Los Voladores: Una danza que simboliza la conexión entre el cielo y la tierra, representando al sol y la fertilidad.
      • Los Migueles: Una representación de la lucha entre el bien y el mal, con un despliegue de música y vestimenta vibrante.
      • Los Negritos: Influenciada por tradiciones afro-mexicanas, esta danza destaca por su vestimenta colorida y su ritmo contagioso.
      • Los Santiagos: Encarnan la gesta del apóstol Santiago, simbolizando la lucha entre los antiguos dioses y las fuerzas cristianas.
      • Los Quetzales: Con raíces en celebraciones aztecas, esta danza emula la libertad del quetzal, el ave nacional de Guatemala.

Durante estas fiestas, cada participante asume un papel, desde la elaboración de trajes hasta la organización de los eventos, creando un ambiente de unidad y devoción.

La danza de los voladores: un ritual ancestral

La danza de Los Voladores, originaria de Totonacapan, es un ritual prehispánico dedicado al sol. Este ceremonial inicia con la selección de un árbol de 30 metros, que se corta solo después de realizar una serie de rituales para pedir permiso a Quihuicolo, el Dios del Monte.

Una vez talado, el árbol es enterrado con ofrendas, incluyendo un guajolote y los ingredientes para el mole, simbolizando la conexión con la tierra y la fertilidad. La danza comienza con los tecotines alrededor del tronco y culmina con el vuelo de los danzantes, un momento de gran espiritualidad y emoción.

Las danzas de San Miguel Tzinacapan: una conexión con lo divino

En la danza de “Los Migueles”, los danzantes representan a San Miguel Arcángel en su lucha contra el mal, mientras que “Los Negritos” traen consigo una herencia criolla que mezcla ritmos y tradiciones. La vestimenta y las actuaciones de ambos grupos son una explosión de color y simbolismo.

La danza de “Los Santiagos”, por otro lado, revive la confrontación entre los antiguos dioses y las nuevas creencias, con el capitán representando a Santiago en su caballo simbólico. Así, las danzas no solo entretienen, sino que también cuentan historias y preservan la memoria colectiva de la comunidad.

Los Quetzales: un símbolo de libertad y vida

Por último, la danza de “Los Quetzales”, con su origen en la celebración azteca Xochipehualitztli, simboliza la libertad. Los danzantes, adornados con plumas y vestimentas brillantes, danzan al son de una flauta y un tambor, evocando la belleza del quetzal y su conexión con la naturaleza.

Cómo llegar a San Miguel Tzinacapan

Si deseas experimentar la riqueza de estas tradiciones, llegar a San Miguel Tzinacapan es sencillo. Por la autopista México-Orizaba, toma la carretera número 150 después de Puebla y, a 19 km, sigue la desviación hacia Acajete hasta llegar a Tlatlauquitepec. Desde allí, continúa hacia Zacapoaxtla y luego a Cuetzalan, que se encuentra a aproximadamente 150 km. Un pequeño camino de terracería te llevará a San Miguel Tzinacapan en cerca de 15 minutos.

La Sierra Norte de Puebla es un lugar donde el pasado y el presente se entrelazan, donde las danzas nahuas no son solo un espectáculo, sino una celebración de vida, cultura y conexión espiritual. Al visitar esta región, te sumergirás en un mundo donde cada paso resuena con la historia y la vibrante esencia de sus pueblos.

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