Imagina un lugar donde la naturaleza se encuentra en su estado más puro, un rincón oculto que desafía la imaginación y despierta el espíritu aventurero que todos llevamos dentro. La escalada de estalactitas en Guerrero es más que una actividad; es una experiencia transformadora que conecta al ser humano con la majestuosidad de la Tierra. Atrévete a descubrirlo.
La magia oculta del Hoyanco de Acuitlapán: un paraíso para escaladores
A tan solo 30 kilómetros de Taxco, Guerrero, se encuentra un río subterráneo que emerge como un susurro proveniente de las profundidades de la tierra. Este río atraviesa montañas y desemboca en las impresionantes grutas de Cacahuamilpa, un destino que ha fascinado a cientos de aventureros en busca de la belleza natural. Pero más allá de su fama, el Hoyanco de Acuitlapán esconde un secreto que solo los más intrépidos han tenido el placer de descubrir: la escalada de estalactitas.
En una región donde la vegetación es mayormente espinosa y la fauna incluye desde tejones hasta aves diversas, los escaladores encuentran un verdadero paraíso. La geografía de esta zona ha dado lugar a formaciones de roca calcárea que son perfectas para la escalada. La historia de la escalada en este lugar comienza con la roca del «Chonta», donde un grupo de escaladores se aventuró a investigar y encontró un sector que denominaron “amate amarillo”, revelando así el potencial oculto de esta área.
Preparativos para la aventura
Antes de sumergirse en la escalada, es esencial planificar el viaje. Aunque existen diversas rutas hacia Cacahuamilpa, elegimos la vía Toluca, disfrutando de paisajes cambiantes que adornan nuestro camino. Una parada obligada es un pequeño restaurante en la bifurcación hacia las grutas, donde se puede saborear la gastronomía local antes de continuar hacia nuestro destino final.
Al llegar a la señal que indica “Río Chonta”, nos adentramos en el terreno del señor Bartolo Rosas, quien amablemente nos permitió estacionar y establecer nuestro campamento base. La cueva se encuentra a unos 40 minutos a pie, lo que nos llevó a preparar solo lo esencial para la escalada. La emoción crecía mientras el sol se alzaba en el cielo, prometiendo un día lleno de adrenalina y desafío.
La experiencia de escalar estalactitas
A medida que nos acercamos a la entrada del Hoyanco, un sendero serpenteante nos llevó entre árboles que parecían vigías de piedra. La imponente bóveda de la cueva se alzaba ante nosotros, ofreciendo más de 200 metros de escalada que prometían poner a prueba nuestras habilidades. Con el equipo listo, las parejas se formaron y comenzó la aventura.
Las primeras ascensiones revelaron la complejidad del terreno. A medida que escalábamos, la pared, que inicialmente parecía vertical, comenzaba a inclinarse, desafiando nuestras percepciones. En este entorno, cada movimiento se convierte en una danza de precisión y concentración, una meditación activa impulsada por la adrenalina y el deseo de llegar a la cima.
En el Hoyanco, actualmente hay más de 30 vías equipadas para escalada deportiva. Una de las más notables es «Mala Fama», una impresionante ruta de 190 metros que se despliega en siete largos con diversas características, incluyendo estalactitas que añaden un toque especial a la experiencia de escalar. Después de un día agitado, con los músculos cansados pero el alma renovada, decidimos explorar otros rincones de la cueva, maravillándonos con la belleza de sus formaciones.
La belleza de las formaciones subterráneas
El goteo constante de agua que filtra a través de las estalactitas crea un espectáculo visual singular. Algunas de estas formaciones se han convertido en estalagmitas, mientras que otras han formado chorreras y puentes de roca que se pueden cruzar, todo ello en un ambiente que parece sacado de un sueño. La luz del sol, que se filtra en algunos puntos, juega con las sombras y resalta las texturas de la roca, creando una atmósfera mágica.
Al caer la tarde, unas gotas de agua nos refrescaban mientras descendíamos, agradecidos por la frescura del entorno. Nuestro camino de regreso al campamento se convirtió en una oportunidad para reflexionar sobre el día, disfrutando de la belleza que nos rodeaba y del sentido de comunidad que se forma entre los escaladores.
Cómo llegar al Hoyanco de Acuitlapán
Para quienes deseen emprender esta aventura, hay varias opciones de acceso:
- Tomar la carretera 95 México – Cuernavaca – Grutas de Cacahuamilpa, que está a aproximadamente 150 km del D.F.
- Optar por la carretera 55 a Toluca – Ixtapan de la Sal – Cacahuamilpa.
- Buscar el letrero que indica “Chonta” a 3 km de Taxco, en el lado derecho de la carretera.
- Utilizar el transporte público desde la terminal Taxqueña o Toluca hacia Cacahuamilpa.
Servicios disponibles en la zona
El área ofrece algunas comodidades que pueden mejorar la experiencia de los visitantes:
- Alimentos disponibles en el pueblo de Cacahuamilpa.
- Posibilidad de acampar cerca del estacionamiento, previa autorización del señor Bartolo Rosas, con un costo de 20 pesos por persona y por día.
- Taxco, a 30 km, proporciona todos los servicios necesarios.
Mejor época para visitar
La temporada más recomendada para disfrutar de esta experiencia es de noviembre a marzo, cuando el clima es más favorable para la escalada y la exploración de las grutas.
¿Estás listo para sumergirte en la aventura de la escalada de estalactitas en Guerrero? Este destino no solo ofrece desafíos físicos, sino que también brinda la oportunidad de conectar profundamente con la naturaleza. Si buscas una experiencia que combine adrenalina y belleza natural, no dudes en planear tu escapada a este rincón mágico de México.
Para ver más sobre esta experiencia y prepararte para tu aventura, aquí tienes un video que captura la esencia de la escalada en el Hoyanco: