Cuando se habla de tradiciones ancestrales, pocas festividades logran capturar la esencia de un pueblo como lo hace el Día de Muertos en la región mixe de Oaxaca. En este rincón del mundo, la muerte no es vista como un final, sino como un paso hacia otra vida. Aquí, en la población de Ayutla, la celebración es un reflejo de un legado cultural que ha resistido el paso del tiempo, aislado por montañas y envuelto en niebla.
Ayutla y su legado prehispánico: un refugio cultural
Ubicada en el noroeste de Oaxaca, Ayutla es una de las comunidades más emblemáticas de la etnia mixe. Su geografía accidentada ha permitido que sus tradiciones se mantengan vivas, lejos de las influencias externas. Los mixes, tradicionalmente agricultores, han cultivado sus tierras en altitudes que varían entre 1,400 y 3,000 metros sobre el nivel del mar, enfrentando desafíos que han moldeado su identidad cultural.
La historia de Ayutla está marcada por la resistencia. Desde la llegada de los españoles en el siglo XVI, la comunidad ha enfrentado invasiones y luchas por el control de su territorio. Sin embargo, a pesar de los intentos de colonización y evangelización, los mixes han mantenido sus costumbres ancestrales, creando un tejido social y religioso que perdura hasta hoy.
A lo largo de los siglos, Ayutla ha sido un bastión de la cultura indígena, donde el calendario ritual de 260 días aún se respeta y se celebra. Este sistema de tiempo, que incluye meses de 13 días y días considerados nefastos, refleja la conexión profunda que los mixes tienen con su entorno natural y espiritual.
La celebración del Día de Muertos en la cultura mixe
La fiesta de muertos es un momento crucial en la vida de los mixes, un evento que trasciende la simple conmemoración. En este contexto, la muerte se entiende como una transición, donde los vivos y los muertos se encuentran en un espacio sagrado. La preparación para esta celebración comienza semanas antes de noviembre, con un fervor que inunda cada rincón de la comunidad.
Las familias se preparan para recibir a sus seres queridos fallecidos, decorando altares con ofrendas que incluyen:
- Cempasúchiles, flores que guían a las almas.
- Velas y veladoras, símbolo de luz en el camino hacia el más allá.
- Comidas y bebidas que eran del agrado de los difuntos, como café y mezcal.
- Pan de muerto, decorado con formas que representan la vida y la muerte.
- Objetos personales que pertenecieron a los fallecidos.
Las ofrendas no solo son un acto de recuerdo, sino una invitación a las almas para regresar y disfrutar de los frutos de la cosecha y del trabajo de los vivos. El ambiente se llena de una mezcla de solemnidad y celebración, donde los recuerdos se convierten en risas y llantos compartidos.
El ritual de la muerte: una experiencia comunitaria
Los rituales que rodean la muerte en Ayutla son profundamente comunitarios. Al suceder un deceso, los familiares crean una cruz de ceniza en el lugar donde ocurrió, marcando simbólicamente la conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Durante el velorio, se encienden velas y se invita a los asistentes a compartir café, mezcal y cigarros, creando un espacio de recogimiento y compañía.
El primer día de noviembre, conocido como el Día de Todos Santos, es el momento culminante de esta celebración. Las familias se visten con trajes tradicionales y salen a las calles, buscando a los espíritus de sus seres queridos. La comida juega un papel central, con platos que incluyen:
- Tamales de frijol y carne.
- Caldo de gallina caliente para combatir el frío.
- Tepache y mezcal para brindar en honor a los muertos.
La música, un elemento esencial de la celebración, suena en cada rincón. Las bandas locales, compuestas por músicos que han aprendido a tocar desde pequeños, interpretan melodías que evocan la memoria de los que han partido. Este es un momento de unión, donde las generaciones se conectan a través del canto y la danza.
¿Dónde festejar el Día de Muertos en Oaxaca?
Oaxaca es un estado rico en tradiciones y celebraciones, y el Día de Muertos se vive intensamente en diversas localidades. Aunque Ayutla es un lugar único, otros pueblos también ofrecen experiencias memorables:
- Oaxaca de Juárez: La capital del estado es conocida por su vibrante desfile y la decoración de calles y plazas con altares impresionantes.
- Teotitlán del Valle: Aquí, se pueden ver ofrendas tradicionales y disfrutar de la música y danza de sus habitantes.
- Santo Domingo de Guzmán: La iglesia y su entorno se llenan de vida con la llegada de las almas, ofreciendo un espectáculo visual y sonoro.
Cada rincón de Oaxaca tiene su forma particular de celebrar, enriqueciendo así la diversidad cultural del estado.
La música: un lazo entre vivos y muertos
La música es el alma de la fiesta en Ayutla. Desde tiempos prehispánicos, los mixes han utilizado instrumentos de viento y percusión que han evolucionado con el tiempo, integrando nuevos sonidos traídos por la conquista. La tradición musical se transmite de generación en generación, y es común ver a los niños aprendiendo a tocar desde pequeños.
Las bandas comunitarias no solo son una fuente de orgullo, sino que también son parte integral de cada celebración. La música acompaña a los difuntos en su camino, y cada nota emitida es un recordatorio del vínculo que une a los vivos con los muertos.
La fiesta más grande de Oaxaca: un evento a no perderse
La celebración del Día de Muertos en Oaxaca es reconocida a nivel nacional e internacional. Se considera uno de los eventos más importantes del año, atrae a miles de visitantes que desean experimentar la rica cultura mixe y oaxaqueña. La combinación de rituales ancestrales, música, danza y gastronomía crea una atmósfera mágica que invita a todos a sumergirse en la experiencia.
Si bien cada localidad tiene su estilo, el espíritu de la celebración es el mismo: recordar y honrar a aquellos que han partido. Es un viaje emocional que invita a la reflexión y la conexión con la historia y la tradición.
Para conocer más sobre estas tradiciones, te compartimos un video que muestra cómo se celebra el Día de Muertos en Oaxaca:
La fiesta de muertos en Ayutla y en todo Oaxaca es un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, las tradiciones pueden florecer y adaptarse. En esta celebración, la comunidad se une para mantener vivas las memorias de sus antepasados, compartiendo no solo alimentos y rituales, sino también historias y legados que perduran a través del tiempo.