Las montañas tienen una forma especial de contar historias, y entre sus sombras se esconden leyendas que han perdurado a través del tiempo. En este relato, exploraremos la majestuosa figura de los volcanes Atlitzin y Citlaltépetl, cuyo legado cultural y natural nos invita a descubrir la belleza y el misterio que envuelven a estas formidables cumbres. Acompáñanos en este viaje donde la naturaleza y la historia se entrelazan.
El amanecer en las montañas: un viaje hacia lo desconocido
Es de madrugada y el horizonte comienza a dar los primeros atisbos de claridad. Atrás quedaron las agobiantes Cumbres de Maltrata, con sus hileras de pesados camiones que desafían la gravedad en las curvas trazadas junto al abismo. Este es solo el inicio de un viaje que nos llevará a explorar la inmensidad del volcán Atlitzin, también conocido como Sierra Negra.
Hemos pasado por los pueblos de Esperanza, Atzizintla y Texmalaquilla. Ahora, nuestro vehículo asciende por la terracería que conduce a las faldas de los volcanes. El camino, en algunos tramos, presenta grietas que, en temporada de lluvias, se convierten en obstáculos casi infranqueables. Sin embargo, seguimos adelante. Detenemos el auto poco más de 3,500 metros sobre el nivel del mar para iniciar el ascenso a pie. Rubén, un experimentado conocedor de la zona, me guía hacia la cara norte de la montaña.
A medida que avanza el día, los primeros rayos del sol pintan de dorado la falda oriental del Pico de Orizaba y los pastizales del Sierra Negra. La belleza del paisaje nos envuelve, pero también nos confronta con la realidad del deterioro ambiental. A lo largo del camino, encontramos pinos derribados; Rubén explica que sus raíces fueron escarbadas y cortadas, lo que ha llevado a su caída. Este acto de explotación nos causa indignación y tristeza, contrastando con la gloriosa vista que se extiende ante nosotros.
La flora y fauna de Sierra Negra: un ecosistema en peligro
Durante nuestro ascenso, la vegetación se vuelve cada vez más escasa. A altitudes superiores a los 4,000 metros, algunos pinos todavía resisten, pero predominan los zacatones y otras plantas de alta montaña. En este entorno extremo, encontramos arreglos naturales de flores amarillas y capullos grises que desafían las adversidades.
En el camino, la erosión se hace evidente. La montaña revela un paisaje que parece de otro mundo, donde los restos de un antiguo cráter se mezclan con la belleza de la naturaleza. Este ecosistema alberga una fauna diversa, con especies como conejos, coyotes, y aves como cuervos y gavilanes. Sin embargo, todo esto está amenazado por la actividad humana y la explotación desmedida de sus recursos.
Un cráter que guarda historias: el volcán Atlitzin
A poco más de 4,500 metros sobre el nivel del mar, alcanzamos un hombro de la Sierra Negra desde donde se pueden contemplar impresionantes vistas de los alrededores. Hacia el este, las montañas bajas de Veracruz y la Sierra de Zongolica se extienden ante nosotros, mientras que al sur se divisa la Sierra de Tecamachalco. Este punto ofrece una perspectiva única del Citlaltépetl y su imponente lengua de roca volcánica.
El cráter del Sierra Negra ha sufrido un proceso de erosión severo, lo que ha llevado a la pérdida de sus paredes. A pesar de su deterioro, el volcán sigue siendo una cumbre majestuosa, un recordatorio de la poderosa actividad geológica que ha moldeado este paisaje. En un estudio realizado por el geólogo Paul Waitz, se explica que la formación del Sierra Negra se dio a través de un complejo proceso de erupciones y derrames de lava.
El Sierra Negra: un gigante ignorado
¿Sabías que el Sierra Negra es la quinta cumbre más alta de México? Su altura de 4,583 metros sobre el nivel del mar ha pasado desapercibida para muchos geógrafos. Esta montaña, más alta que la Malinche, el Nevado de Colima y el Cofre de Perote, se mantiene en la sombra de su vecino, el Pico de Orizaba. Su proximidad a esta cumbre emblemática ha contribuido a que el Sierra Negra permanezca en el olvido.
El Sierra Negra es un cráter erosionado que forma parte de un sistema volcánico importante en el Eje Neovolcánico, donde se encuentran las principales montañas de México. Aunque se formó antes que el Citlaltépetl, su historia geológica es fascinante y merece ser contada. Este volcán, también conocido como cerro La Negra, no debe ser subestimado ni ignorado.
Un refugio natural en peligro: el Parque Nacional
El Sierra Negra se encuentra dentro del área que alguna vez fue el Parque Nacional Pico de Orizaba. Sin embargo, la deforestación y la urbanización han reducido drásticamente su territorio. De las 19,750 hectáreas originales, ha perdido más de la mitad, colocándolo por debajo de las 10,000 hectáreas mínimas que la ONU estableció para un parque nacional.
El clima en esta región es frío semihúmedo, con temperaturas que oscilan entre los 10ºC y 20ºC. Durante el invierno, la nieve cubre sus laderas, transformándolo en una «sierra blanca», mientras que en primavera, su apariencia se asemeja a la de un desierto. La vegetación está compuesta en su mayoría por arbustos y pináceas, pero la fauna también se ve afectada por la pérdida de hábitat.
La leyenda de los volcanes: Popocatépetl e Iztaccíhuatl
La historia de los volcanes Atlitzin y Citlaltépetl no estaría completa sin mencionar a sus célebres vecinos, Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Estas montañas no solo son iconos geográficos, sino que también están envueltas en leyendas que hablan de amor, sacrificio y la lucha entre el bien y el mal. Según la mitología mexicana, Popocatépetl, el volcán humeante, y Iztaccíhuatl, la mujer dormida, representan una historia de amor trágica que ha sido transmitida a través de generaciones.
Los relatos sobre estos volcanes son tan variados como cautivadores. Algunos dicen que Popocatépetl e Iztaccíhuatl eran amantes en la vida, y que su amor trascendió incluso la muerte, convirtiéndolos en eternas vigilantes de la tierra. Cada erupción de Popocatépetl se interpreta como un suspiro de amor, mientras que la quietud de Iztaccíhuatl refleja su interminable espera.
Para aquellos que deseen explorar más sobre esta fascinante mitología, hay recursos disponibles que ofrecen un recorrido ilustrado de las leyendas de los volcanes. Por ejemplo, los relatos para niños pueden ser una forma encantadora de introducir a las nuevas generaciones en la rica cultura mexicana.
Descubriendo el Atlitzin: un viaje inolvidable
El descenso del Atlitzin se realiza con tranquilidad, disfrutando de la belleza del entorno. En el camino, encontramos un lugar donde nos ofrecen comida, y en San José Atlitzin, saciamos nuestra inquietud fotográfica. Las callejuelas semidesiertas están impregnadas de la historia de la región, y el polvo levantado por un rebaño de ovejas pastoreadas por un jovencito no logra ocultar la imponente presencia del Atlitzin.
La despedida es silenciosa, pero en nuestros corazones llevamos la conexión con esta tierra llena de historias y leyendas. El Sierra Negra no es solo un volcán olvidado; es un símbolo de resistencia, un recordatorio de la belleza natural que nos rodea y de la importancia de preservar estos ecosistemas únicos.
La experiencia de escalar el Atlitzin es más que un simple ejercicio físico; es un viaje espiritual y cultural que nos permite conectar con nuestras raíces y con la poderosa naturaleza que nos rodea. A medida que nos alejamos, sentimos la urgencia de cuidar y proteger estos espacios, no solo para nosotros, sino para las generaciones futuras.